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domingo, marzo 23, 2025

O império que dominava as ondas – uma síntese

Pepe Escobar

28/06/2021 | Publicado en la Red de Geografía Económica 731/21 (https://groups.google.com/g/redgeoecon/c/AytZmDEmA7U/m/cAgLKzRfAQAJ)

O Império do Caos controla o mundo através do controle dos mares – e assim o acesso ao petróleo e recursos naturais. O plano imperial após a II Guerra Mundial era utilizar organizações de frente, como a ONU, FMI, BIS, Banco Mundial, para o objectivo de explorar reservatórios de trabalho do trabalho do Terceiro Mundo e ao mesmo tempo eliminar empregos mais bem pagos nos EUA – servindo interesses financeiros e não a população estado-unidense. Assim todos os empregos de fábrica nos EUA, na generalidade, foram remetidos para fora. Isso só funciona se o Império controlar os mares. Daí o gigantesco orçamento militar em tempo de paz de milhão de milhões de dólares como o instrumento de controle. O Império está SEMPRE em guerra.

Hoje as elites dos EUA estão fora de si porque vêem a Rússia como uma grande ameaça – capaz de, juntamente com a Alemanha e a China, tomar o controle da massa de terra euro-asiática e tendo bastantes recursos naturais para ser auto-suficiente. Mesmo quanto ao petróleo, a Rússia pode abastecer a maior parte da massa de terra euro-asiática. Além disso, a aliança em desenvolvimento da Rússia, China e Irão – o tema dominante do meu trabalho analítico desde há anos – está lenta mas inexoravelmente leva o Império a perder o controle do mundo, ainda que a maior parte do mundo ainda não tenha percebido isto.

A Alemanha é uma vassala do Império devido ao seu controle dos mares para os recursos naturais de que a Alemanha precisa. Eis porque o Império está horrorizado por Berlim procurar a segurança de uma alternativa para o abastecimento de petróleo e gás natural junto à Rússia. Além disso, foi a China a aproximar-se da Rússia em 2014 em função dos recursos naturais que voltou os EUA contra a China, pois isso poderia torná-la independente dos mares controlados pelo Império.

Se o Império cortar o seu petróleo por mar, então a Alemanha pode obtê-lo da Rússia. Se a Alemanha não estiver aliada à Rússia – a qual pode fornecer-lhe praticamente todos os recursos de que a Alemanha necessita – então está à mercê do Império, que domina pelo domínio dos mares. O conceito estado-unidense de “liberdade de navegação” significa controlo absoluto dos mares para que os EUA dominem como ditadores sobre todas as nações que requerem comércio para os recursos que não possuem. “Democracias” ou “repúblicas” são apenas estratagemas: a ditadura em vigor não é do proletariado mas sim de financeiros, como Bismarck identificou desde há muito.

A Alemanha deve ter o Nord Stream Dois como seguro para complementar suas necessidades de petróleo e gás natural ou ela enfrentará a dependência absoluta do Estreito de Ormuz para o GNL vindo do Qatar que pode ser cortado, bem como a maior parte do seu petróleo que viaja através do Estreito.

Os países chave da massa de terra euro-asiática viram isto através da neblina de propaganda estado-unidense – e uma aliança entre a Alemanha, Rússia, China e Irão inevitavelmente reequilibrará o poder mundial. Eis porque o Império está a correr freneticamente por todo o mundo pois vê-se a perder o seu domínio. E se isto não fosse suficiente, os chineses e russos estão a construir submarinos como se não houvesse amanhã, equipados com mísseis no estado da arte: isso acabará com o controlo imperial dos mares. Na verdade, JÁ acabou – mas o Império ainda não o sabe.

Pepe Escobar es periodista, autor de Empire of Chaos.

Fuente original: https://resistir.info/ (publicado el 27/06/2021).

Dos estrategas de una nueva era geopolítica: Patrushev y Yang Jiechi

Pepe Escobar

07/06/2021 | Publicado en la Red de Geografía Económica 604/21 el 01/06/2021 https://groups.google.com/g/redgeoecon/c/LAw4Oz1Fo5I

Nikolai Patrushev y Yang Jiechi, son los dos estrategas que dirigen una entente geopolítica emergente, en nombre de sus jefes Vladimir Putin y Xi Jinping.

La semana pasada, Yang Jiechi, director de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de China, visitó en Moscú, al secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev. Esta fue la ronda numero 16 de las reuniones de seguridad estratégica entre China y Rusia.

La reunión entre Yang y Patrushev se efectuó en paralelo al encuentro entre Blinken y Lavrov en Reikiavik (Consejo Ártico), y a la próxima cumbre Putin-Biden en Ginebra el 16 de junio (posiblemente en el Hotel Intercontinental, donde Reagan y Gorbachov se reunieron en 1985).

Para algunos comentaristas occidentales la cumbre Putin-Biden podría presagiar el restablecimiento de “la previsibilidad» y la «estabilidad» en las actuales turbulentas relaciones entre Estados Unidos y Rusia.

Esta idea es una ilusión. Porque tanto Putin como Lavrov y Patrushev no se hacen ilusiones. Especialmente, después que el G7, a principios de mayo, declaró que occidente estaba al tanto de “las actividades malignas» de Rusia y, de “las políticas económicas coercitivas» de China.

Los analistas rusos y chinos, tienden a estar de acuerdo que la cumbre de Ginebra será otro ejemplo de las maniobras “divide y vencerás” propias del “estilo Kissinger”, con el objeto de alejar a Moscú de Beijing, mediante trampas geopolíticas. Los viejos zorros como Yang y Patrushev son conscientes de lo que está en juego.

Lo que es verdaderamente relevante es que Yang y Patrushev sentaron las bases para una próxima visita de Putin a Xi poco después de la reunión Putin-Biden. ¿el objetivo? coordinar geopolíticamente la «asociación estratégica integral» entre China y Rusia.

La visita podría tener lugar el 1 de julio, el centésimo aniversario del Partido Comunista Chino – o el 16 de julio, el 20 º aniversario del Tratado de Amistad China-Rusia

Entonces la reunión Putin-Biden es el aperitivo, el plato principal es la cumbre Putin-Xi es el plato principal.

El té de Putin con Lukashenko

Más allá del «arrebato de emociones» del presidente ruso que defendió la acción de su homólogo bielorruso, el té Putin-Lukashenko arrojó una pieza adicional al rompecabezas protagonizado por un bloguero ultranacionalista que prestó sus servicios al batallón Azov luchando contra las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en el Donbass en 2014.

Lukashenko le dijo a Putin que «tenía documentos para entender exactamente lo que está pasando». No se ha filtrado nada sobre el contenido de esos documentos, pero es posible que estén relacionados con las sanciones de la Unión Europea a Bielorrusia.

El panorama general es siempre el mismo: el Occidente Atlantista aplicando sanciones a Eurasia. Sin embargo, por mucho que Washington presione a Europa y a Japón – para que se desacoplen China y de Rusia – esta nueva Guerra Fría tiene muy pocos interesados en el mundo (incluyendo a Europa y a Japón).

Cualquier analista medianamente racional puede constatar que en el siglo 21 la potencia científica, económica y militar de una asociación estratégica entre Rusia y China es asunto totalmente nuevo en comparación con la era de la primera guerra fría contra la URSS.

Y cuando se trata de apelar al Sur Global – y las nuevas instancias del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL)- el derecho internacional es definitivamente más atractivo que las tan cacareadas “reglas internacionales” basada en un sistema donde sólo el hegemón establece las normas.

Tanto Moscú como Beijing no se hacen ilusiones sobre Joe Biden, lo mismo se aplica a Kurt Campbell, ex secretario de Estado adjunto de Obama-Biden para Asia Oriental y el Pacífico, ahora jefe de Asuntos Indo-Pacífico en el Consejo de Seguridad Nacional.

Mr. Campbell es el padre real del concepto ‘pivote hacia Asia’ cuando era parte del Departamento de Estado a principios de la década de 2010, aunque fue Hillary Clinton, quien reclamó esta estrategia como suya.

En una conferencia en la Universidad de Stanford. Mr. Campbell dijo la semana pasada: «El período que se describió como “compromiso” con China ha llegado a su fin». Después de todo, el giro hacia Asia de Reagan ha muerto.

Kurt Campbell se ofuscó al hablar de un «nuevo conjunto de parámetros estratégicos» y de la necesidad de confrontar a China trabajando con «aliados, socios y amigos». Tonterías: se trata de la militarización del Indo-Pacífico.

Eso es lo que el propio Biden reiteró durante su primer discurso, cuando se jactó de decirle a Xi que Estados Unidos “mantendrá una fuerte presencia militar en el Indo-Pacífico” tal como lo hace con la OTAN en Europa.

El factor iraní

En una pista diferente pero paralela Irán puede estar en la cúspide de un cambio de dirección. Se puede apreciar en el continuo fortalecimiento del Eje de la Resistencia, que vincula a Irán, las Unidades de Movilización del Pueblo de Irak, a Siria, a Hezbollah, a los hutíes yemeníes y ahora a los combatientes en Palestina.

La guerra en Siria fue un fracaso trágico para Estados Unidos en todos los aspectos. No entregó Siria a los «rebeldes moderados», no impidió la expansión de la esfera de influencia de Irán, no destruyó a Hezbollah y no logró descarrilar la rama de las Nuevas Rutas de la Seda en el suroeste de Asia..

¿Assad debería irse? Ni Soñar; fue reelegido con el 90% de los votos sirios, con una participación del 78%.

En cuanto a Irán, solo dos días después de la cumbre Putin-Biden, posiblemente la reactivación del acuerdo nuclear habrá llegado a su fin. Teherán ha reiterado que la fecha límite para un acuerdo expiró el 31 de mayo.

El impasse es claro. En Viena, la UE y Washington acordaron levantar las sanciones contra el petróleo, los productos petroquímicos y el banco central iraníes, pero se niega a eliminarlas a los miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica.

Al mismo tiempo, en Teherán, Ali Larijani, ex presidente del Parlamento, fue descartado por el Consejo de Guardianes de la Revolución como candidato a la presidencia. Larijani aceptó de inmediato el fallo. Esto sucedió sin fricciones porque el político recibió una explicación detallada del “nuevo momento internacional”.

Tal como están las cosas, el ganador el 18 de junio parece ser Ebrahim Raeisi, hasta ahora presidente del Tribunal Supremo, y cercano a la Guardia Revolucionaria. En realidad, existe una gran posibilidad que Irán pida a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica que abandonen el país, y esto significa el fin del Plan de Acción Integral Conjunto tal como lo conocíamos (Desde el punto de vista de la Guardia Revolucionaria, el JCPOA ya está muerto).

Un factor adicional es que Irán está sufriendo una sequía severa, cuando el verano ni siquiera ha llegado. La red eléctrica estará bajo una tremenda presión. Las represas están vacías, por lo que es imposible depender de la energía hidroeléctrica. Existe un serio descontento popular con respecto a que el Equipo Rouhani durante ocho años impidió que Irán obtuviera energía nuclear. Uno de los primeros actos de Raeisi puede ser ordenar la construcción inmediata de una planta de energía nuclear.

No necesitamos un meteorólogo para ver en qué dirección sopla el viento cuando se trata de las tres «amenazas existenciales» para la hegemonía en declive: Rusia, China e Irán. Lo que está claro es que ninguno de los viejos métodos usados para mantener la subyugación de los supuestos vasallos está funcionando, al menos cuando se enfrentan a poderes soberanos reales.

Mientras la “chino-ruso-iranofobia” se disuelve en una niebla de sanciones e histeria, cartógrafos como Yang Jiechi y Nikolai Patrushev están dibujando sin descanso un orden post-unilateral.

Fuente original: https://observatoriocrisis.com/2021/06/01/dos-estrategas-de-una-nueva-era-geopolitica-patrushev-y-yang-jiechi/

La fabricación de chips se vuelca al sudeste asiático

Jorge Castro

02/04/2021

Los “chips” (semiconductores) son el insumo básico de la Cuarta Revolución Industrial (CRI), que es el proceso histórico de digitalización plena de la manufactura y los servicios; y tres cuartas partes de la producción mundial de microprocesadores ha estado concentrada tradicionalmente en EE.UU. y Europa (UE). De pronto, en los últimos 10 años, la fabricación de “chips” se ha volcado a los países asiáticos, y primordialmente a China.

El porcentaje de EE.UU. en la producción global de semiconductores o circuitos integrados era 37% del total en 1990, y cayó a 12% en 2020, en tanto que la parte de la UE constituía 35% del total en la primera fecha, y declinó a 9% el año pasado.

Por su parte China carecía de esa industria hace 30 años, y ahora dispone de 15% del total mundial, que sería 24% en los próximos 5 años.

Si se le suma las plantas productoras de microprocesadores que posee la taiwanesa TSMC, así como la de la surcoreana Samsung, y la de las múltiples compañías japonesas, el Sudeste Asiático controla hoy el 75% de la producción de semiconductores del mundo.

La inversión extranjera directa (IED) destinada a la expansión de la industria de los circuitos integrados ha seguido el camino de su fabricación del Atlántico al Pacífico; y el resultado ha sido que la República Popular recibió 84 inversiones en nuevas plantas y proyectos (“greenfield”) de fabricación de semiconductores en los últimos 5 años, en tanto que EE.UU. atrajo 39 inversiones menos en ese periodo.

Hay que agregar que construir una planta de “chips” en EE.UU es un tercio más oneroso que hacerlo en el Sudeste Asiático, mientras que sus costos de operación son 50% superiores a los emprendimientos realizados en China.

La recuperación generalizada de la economía global en 2021 arrastra a todos los sectores prácticamente sin excepción, y en primer lugar a la industria automotriz.

Esto ha provocado una súbita y enorme carencia de “chips” en todos los mercados del sistema global, debido al retraso de la producción respecto a las exigencias extraordinarias de la demanda.

Por eso la manufactura automotriz norteamericana ha experimentado suspensiones en gran escala en los últimos tres meses, ante todo en General Motors (GM) y Ford, tanto en sus plantas de Detroit como en las de Michigan.

Las sanciones establecidas por el gobierno de Trump contra la empresa china Huawei – líder mundial en el desarrollo de la 5-G – han tenido el objetivo estratégico de cerrarle el acceso a las tecnologías estadounidenses de producción de microprocesadores.

La persecución estratégica llevada a cabo por Washington contra Huawei en los últimos dos años se debe al hecho de que esta empresa representa la punta de lanza del desafío tecnológico de la República Popular a la principal superpotencia del mundo. Donald Trump no ha equivocado su objetivo. La persecución a Huawei ha sido un acto de lucidez.

Para eso ha golpeado a la principal proveedora de Huawei que es SMIC, con sede en la República Popular, que utiliza para su producción tecnología estadounidense, y es la única capaz de producir la categoría más sofisticada tecnológicamente de semiconductores de hasta 10 nanómetros (nm.), cruciales en términos de seguridad en la producción de equipos militares.

Por su parte TSMC (Taiwán) ha comenzado a fabricar este año “chips” con un tamaño de 3 nanómetros, que son 70% más veloces y eficientes que los actuales de 5 nm., aptos para ser utilizados en la Inteligencia artificial y la 5-G.

La República Popular no se encuentra en condiciones hoy de producir con tecnología propia estos equipos de “chips” de 10/5/3 nm.; y no podría hacerlo antes de 10 años.

De ahí que la fabricación de “chips” de alta gama con tecnología propia se haya convertido en el núcleo del programa establecido por el presidente Xi Jinping para lograr la plena autonomía tecnológica y científica de China en la próxima década, obviamente en relación a EE.UU., su rival geopolítico global, y la otra superpotencia del sistema.

El Banco Mundial estima que 40% del asombroso crecimiento chino a partir de 1978 (creció 9,9% anual acumulativo en los últimos 40 años) se debió a la utilización intensiva de tecnología estadounidense.

China creció ocupando el papel del aprendiz y del país más atrasado – y por eso el de más rápida expansión -, en relación a EE.UU.

Ahora, la política de plena autonomía científica y tecnológica de Xi Jinping aspira a cubrir ese bache histórico con la potencia norteamericana; y su objetivo es hacerlo en un plazo no mayor a 10 años.

Planea realizarlo a través de SMIC que ahora cotiza en el mercado bursátil de Shanghai, lo que ocurrió en diciembre del año pasado.

El primer día de cotización de SMIC recibió US$7.600 millones, lo que implica un excedente de 246% respecto a la estimación inicial realizada por la propia compañía. Un dato estratégico esencial es que Huawei adquiere más de 70% de su producción.

Lo que sucede en el mundo con la fabricación de semiconductores indica que el tiempo juega a favor de la República Popular y en general del Sudeste Asiático; y el tiempo, señaló Mao TseTung, es el factor estratégico central, muy por encima del espacio.

Irán y China firman un acuerdo de cooperación comercial por 25 años

Aurore Bayoud

27/03/2021

Los ministros de Asuntos Exteriores de China e Irán, ambos países sometidos a sanciones de Estados Unidos, firmaron el sábado un histórico acuerdo de cooperación de 25 años, en la última expansión de la emblemática iniciativa de la Ruta de la Seda de Beijing. Durante la firma, la autoridad iraní expresó su esperanza de que el déficit en el intercambio comercial entre Irán y China fomentado por las sanciones estadounidenses “sea compensado en 2021”.

China e Irán sellaron hoy en Teherán su estratégica alianza con la firma de un acuerdo de cooperación económica de una duración de 25 años. El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo iraní, Hassan Rohani, acordaron así establecer una hoja de ruta para “las inversiones recíprocas en los ámbitos del transporte, los puertos, la energía, la industria y los servicios.”

“El Gobierno y el pueblo de Irán se esfuerzan como siempre por ampliar las relaciones con países fiables e independientes como China”, reaccionó entonces el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, que calificó de “correcto y razonable” el acuerdo de cooperación propuesto. “Irán decide de forma independiente sus relaciones con otros países, no es como algunos países que cambian su posición con una llamada telefónica”, declaró por su parte Ali Larijani, consejero del ayatolá.

“Prosperidad” para las dos naciones

Aunque no han trascendido detalles del pacto, su eje principal es la dimensión económica y comercial, así como la participación de Irán en la iniciativa china de crear una nueva Ruta de la Seda.

El pacto prevé por ejemplo inversiones chinas de alrededor de 400.000 millones de dólares en los sectores iraníes de la energía y las infraestructuras, según los medios estatales de Irán. A cambio, Teherán, gran productor de hidrocarburos, garantiza a Beijing un suministro estable de petróleo y gas a precios competitivos.

El Ministerio de Exteriores de Irán indicó en un comunicado que el documento “promoverá aún más la asociación estratégica integral entre Irán y China y creará prosperidad para las dos naciones”, que celebran medio siglo de relaciones diplomáticas.

Irán se vuelve la prioridad de China para las vacunas

Hassan Rohani pidió también más importaciones de vacunas contra el coronavirus a Irán, el país más afectado por la pandemia en Medio Oriente. “En cuanto a la vacuna contra el coronavirus, es necesario aumentar la cooperación entre los dos países, y queremos que se suministren más vacunas de China”, declaró la autoridad iraní. “Les proporcionaremos más vacunas e Irán es nuestra prioridad para las vacunas”, contestó el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi.

Pero este pacto interviene sobre todo para contrarrestar las sanciones estadounidenses a Irán. En efecto, China es el principal socio comercial de Irán, y era uno de los mayores compradores de petróleo iraní antes de que el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, volviera a imponer amplias sanciones unilaterales en 2018, tras abandonar un acuerdo nuclear multilateral con Teherán.

“Bajo la nueva Administración, los estadounidenses quieren reconsiderar su política y volver al acuerdo nuclear y China da la bienvenida a su iniciativa”, dijo así Wang. “China siempre se ha opuesto a las sanciones unilaterales de Estados Unidos. La presión máxima es ilegal e inhumana y carece de apoyo internacional”, agregó Wang.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha por su parte expresado su voluntad de regresar al acuerdo, pero exige a Irán volver a cumplir con todos sus compromisos, mientras que Teherán pone como condición que Washington elimine primero sus sanciones.

Una polémica por falta de transparencia

Esta hoja de ruta comenzó a trazarse con la visita en enero de 2016 a Teherán del presidente chino, Xi Jinping, durante la que se firmaron 17 acuerdos de cooperación y se habló de aumentar los intercambios a 600.000 millones de dólares en una década.

Sin embargo, la falta de transparencia en torno al convenio despertó cierta polémica el año pasado en Irán, después de que el expresidente Mahmud Ahmadineyad denunciara que se estaba negociando un “nuevo acuerdo de 25 años con un país extranjero” sin el conocimiento del pueblo iraní.

Así, con la etiqueta “Irán no está a la venta”, circularon en las redes sociales denuncias sobre la supuesta cesión a China de hidrocarburos y de alguna isla del golfo Pérsico, lo que fue negado por las autoridades del país persa.

El ministro de Asuntos Exteriores fue entonces abucheado en el Parlamento cuando aseguró a los legisladores que no había “nada secreto” en el acuerdo propuesto, que prometió que se anunciaría públicamente “una vez que se haya finalizado”. Pero el Gobierno aún no ha cumplido esa promesa y se han hecho públicos pocos detalles.

Con AFP, Reuters y EFE

Fuente: https://amp.france24.com/es/medio-oriente/20210327-iran-china-acuerdo-comercial-petroleo

China apunta a la independencia tecnológica en medio de una inminente carrera feroz con EE.UU.

Global Times

01/03/2021

China se está moviendo rápidamente para trazar debilidades potenciales en docenas de sectores tecnológicos y redactar un plan amplio para abordar áreas que están expuestas a riesgos externos, dijeron funcionarios chinos el lunes, mientras el país apunta a reforzar aún más su creciente destreza tecnológica y contrarrestar una inminente carrera feroz iniciada por Estados Unidos sobre tecnologías centrales como chips, software y material que determinarán la estructura de poder global.

El último desarrollo en el amplio impulso de China por la independencia tecnológica también se produce pocos días antes de un evento político anual crucial, las dos sesiones (Asamblea Popular Nacional y Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino), cuando los principales legisladores y asesores políticos están listos para discutir una amplia gama de políticas de desarrollo, incluida una plan quinquenal hasta 2025, donde los avances tecnológicos están al frente y en el centro.

Abordar la dependencia excesiva del país en el suministro extranjero de algunos componentes críticos ya se ha convertido en un tema candente antes de las dos sesiones, con legisladores y asesores políticos que hacen propuestas y sugerencias destinadas a abordar varios aspectos del problema, incluido el aumento del gasto público y la creación de talento, y otras medidas de apoyo. Se espera que de las dos sesiones surjan políticas más detalladas y metas ambiciosas, dijeron analistas.

Plan de barrido

En una conferencia de prensa el lunes, Xiao Yaqing, ministro de Industria y Tecnología de la Información, dijo que si bien las capacidades industriales de China estuvieron en plena exhibición durante la pandemia de COVID-19, el proceso también expuso “ciertas deficiencias y debilidades” en la industria y cadenas de suministro.

Para abordar eso, el ministerio ha comenzado a realizar una revisión completa en 41 sectores y trazar cadenas industriales clave para “encontrar espacios vacíos y nuestras debilidades”, dijo Xiao, “arreglar la cadena es corregir nuestras deficiencias y debilidades, asegurando que la cadena no se romperá en tiempos cruciales “.

Si bien el desarrollo a largo plazo de China requiere avances significativos en tecnologías centrales, una creciente campaña de represión tecnológica lanzada por Estados Unidos, que ha visto restricciones en el suministro de chips y otros componentes cruciales a China, aumentó la urgencia para que China aborde estos problemas de “cuello de botella”.

En una señal de continuación de su campaña tecnológica, la administración de EE.UU planea implementar prohibiciones impuestas por la anterior administración a las transacciones de tecnología con China. Además, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, también está presionando para formar alianzas tecnológicas con sus aliados para contrarrestar a China en tecnologías centrales como semiconductores e inteligencia artificial, según el Wall Street Journal.

En la conferencia de prensa del lunes, Xiao dijo que China se enfocará en áreas como circuitos integrados, software central, nuevos materiales esenciales y equipos importantes para abordar el “problema del cuello de botella”.

“Estas son áreas en las que no podemos encontrar alternativas, si Estados Unidos decidiera cortar el suministro. Son las tecnologías centrales más importantes que tenemos que dominar”, dijo Fang Xingdong, fundador del grupo de expertos en tecnología ChinaLabs, con sede en Beijing, dijo a Global Times el lunes, y agregó que aunque es poco probable una ruptura completa, China necesita tener esa capacidad “para que Estados Unidos no tome medidas tan extremas”.

Eso está en la cima de la agenda en las sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional (APN), la máxima legislatura, y el Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), el principal organismo asesor político, que está programado para comenzar el jueves.

Además de establecer objetivos de desarrollo social y económico para este año, la reunión también se centrará en la formulación del 14º Plan Quinquenal (2021-25) y los Objetivos a largo plazo hasta 2035. Mediante una serie de importantes reuniones y documentos sobre políticas, China ha establecido el logro de la independencia tecnológica como una prioridad máxima en los próximos años.

Mientras que el MIIT está revisando más de 40 áreas, la atención se ha centrado en los chips, después de que Estados Unidos tomó medidas para cortar el suministro a las empresas chinas, causando serios trastornos y haciendo sonar la alarma para los líderes y las industrias chinas.

Antes de las dos sesiones, las propuestas y sugerencias de los diputados de la APN y de los miembros del Comité Nacional de la CCPPCh se han centrado en gran medida en los desarrollos tecnológicos en áreas como chips y semillas de cultivos, ambos han sido considerados por altos funcionarios como demasiado dependientes de proveedores extranjeros.

A la luz de la reciente escasez de chips para automóviles, Zhu Ronghua, un diputado de la APN y presidente del fabricante de automóviles Chang’an, ha presentado una propuesta pidiendo más políticas para desarrollar chips destinado a los automóviles.

Wen Simei, miembro del Comité Nacional de la CCPPCh y vicepresidente de la Universidad Agrícola del Sur de China, calificó a las semillas como los “chips de la agricultura” y presentó una sugerencia sobre políticas integrales para ayudar a las empresas y los científicos a desarrollar tecnologías básicas para las semillas.

Meta ambiciosa

Estas propuestas y sugerencias podrían resultar en medidas políticas concretas y metas ambiciosas que se esperan de las dos sesiones, dijeron los analistas.

Tomemos los chips como ejemplo. Actualmente, China importa alrededor del 90 por ciento de los chips utilizados en el país, por un valor de alrededor de $ 300 mil millones, pero China apunta a revertir eso con el 70 por ciento de los suministros de chips provenientes de fabricantes nacionales para 2025, cuando el mercado de chips de China podría alcanzar los 2 billones de yuanes, en comparación a los 884,8 mil millones de yuanes en 2020, según Xiang Ligang, director general de la Alianza de Consumo de Información con sede en Beijing.

“Ese es un objetivo muy ambicioso que requerirá una inversión masiva en muchas áreas”, dijo Xiang al Global Times el lunes, y agregó que la inversión de China en el desarrollo de chips ya ha aumentado drásticamente de alrededor de 30 mil millones de yuanes en 2019 a 140 mil millones de yuanes en 2020. “Ese nivel de inversión se mantendrá, si no aumentará aún más”, dijo.

Tanto el Informe de Trabajo del Gobierno como el 14º Plan Quinquenal probablemente contendrán apoyos de políticas específicos y objetivos de desarrollo para diversas áreas, incluido el gasto en investigación y desarrollo tecnológico (I+D). China se ha fijado un objetivo de larga data de aumentar los gastos en I+D a un 2,5% de su PIB para 2020. Se establecerían objetivos similares para los próximos cinco años, si no aumentados, dijeron analistas.

En 2020, el gasto total en I+D de China aumentó a 2,4 billones de yuanes desde alrededor de 1,42 billones de yuanes en 2015. China ya es el segundo país que más gasta en I+D y está cerrando rápidamente la brecha con Estados Unidos.

“Ya sean sus necesidades internas o sus riesgos externos, de lo que podemos estar seguros es que en los próximos cinco años y más, China desplegará su enorme fuerza nacional para lograr la independencia tecnológica y de la cadena de suministro. Y no tengo ninguna duda de que tendremos una imagen diferente de la estructura de poder tecnológico global al final”, dijo Xiang.

Fuente: https://www.globaltimes.cn/page/202103/1216926.shtml

China avanza desde el mar de Sur hasta Medio Oriente y Europa

Raúl Zibechi

19/02/2021

La disputa por el Mar del Sur de China se sigue intensificando, pero el Dragón va colocando sus fichas de forma gradual, implacable e incontenible, como lo muestran los recientes desarrollos de una estrategia largamente diseñada, que parece estar poniendo en práctica con notable coherencia.

Pocos dudan que la confrontación entre China y EEUU es prácticamente inevitable. Pero Pekín no quiere una guerra en su patio trasero, en los mares donde circula el grueso de su comercio y en particular el petróleo que tanto necesita. Por eso va colocando las fichas de Go en la retaguardia de su adversarios, aliados de EEUU como India, para cercarlos y aislarlos.

La primera parte de su estrategia consiste en seguir ahuyentado a la flota estadounidense de los mares estratégicos que rodean China. Por segunda vez en meses, dos grupos de portaaviones recorrieron parte del Mar del Sur, «días después de que un buque de guerra estadounidense navegara cerca de islas controladas por China en las aguas disputadas».

Las anteriores maniobras se habían producido en julio de 2020, con los portaaviones Ronald Reagan y Nimitz, mientras China denunciaba a Estados Unidos por dañar la paz y la estabilidad y declaraba que «continuará tomando las medidas necesarias para salvaguardar firmemente la soberanía y la seguridad nacionales».

Sin embargo, algo está cambiando en la región. El contralmirante Doug Verissimo, comandante del grupo de ataque dirigido por el portaaviones Theodore Roosevelt, comentó a los periodistas: «Estamos viendo una mayor cantidad de aviones, una mayor cantidad de barcos disponibles para el ejército chino y que se utilizan a diario».

Por un lado, el Gobierno de Pekín insiste que ese tipo de operaciones «tienen un significado más simbólico y político que militar, ya que Estados Unidos es plenamente consciente del poder de los misiles balísticos antibuque de China», como reveló el diario oficialista Global Times.

Como prueba de esa superioridad militar en el Mar del sur de China, el Ministerio de Defensa informó que el 4 de febrero el país había llevado a cabo con éxito una interceptación a mitad de camino de un misil balístico de alcance intermedio simulado, que según los funcionarios era puramente defensivo, según la publicación especializada MilitaryWatch Magazine.

Agregó que “la interceptación de misiles balísticos de alcance intermedio también tiene aplicaciones considerables para la guerra espacial y se puede utilizar para derribar satélites enemigos, un campo de creciente preocupación para los Estados Unidos».

Días antes, el 29 de enero, los astilleros chinos lanzaron el quinto transportador y el tercero de los buques de tamaño mediano clase 075, de 40.000 toneladas. Se trata del tercer portahelicópteros (dos se habían botado en septiembre de 2019 y abril de 2020), «lo que significa que los tres se botaron en un período de alrededor de 16 meses», destaca la publicación.

El lanzamiento de estos tres buques en tan poco tiempo, «llevó el tamaño total de la flota de portaaviones china a más de 240.000 toneladas», luego de la puesta en servicio del Liaoning y el Shandong.

Los portaaviones medianos clase 075, similares al francés Charles de Gaulle, el más grande de Europa, pueden acomodar entre 20 y 30 aviones con despegue y aterrizaje vertical como los helicópteros. Pero también pueden ser utilizados como barcos de asalto anfibio, «particularmente útiles para operaciones en los mares del sur y este de China en medio de múltiples disputas territoriales», destaca MilitaryWatch Magazine.

En los astilleros chinos se están construyendo además los dos primeros super-portaaviones del país, pero el primero puede ser botado este mismo año. Ambos desplegarán sistemas de lanzamiento de catapulta electromagnética similar a los barcos de la clase Gerald Ford de la Armada de los Estados Unidos.

Los nuevos portaaviones serán mucho menos costosos que los de EEUU, ya que no serán de propulsión nuclear, siendo menos adecuados para misiones de largo alcance pero idóneos para defender los mares en torno a China, en referencia a los cuatro portaaviones grandes y a las cinco naves de asalto anfibio finalizadas o en construcción.

La estrategia: desplazar a EEUU de Eurasia

El Dragón sigue avanzando en la segunda parte de su estrategia para desplazar a EEUU de Eurasia, extender su influencia hasta Medio Oriente y tener acceso privilegiado al mercado europeo.

Esto es lo que plantea el analista de Asia Times, David Goldman, que en esta ocasión firma con el seudónimo Spengler. En un artículo del 4 de febrero, titulado Una Pax Sínica toma forma en Oriente Medio, sostiene que el Dragón va ganando hegemonía en base a “una alianza emergente entre Pakistán y Turquía», países que tienen dependencia comercial y financiera de China.

Goldman defiende la hipótesis del dominio de China en Medio Oriente desde 2013. Siete años atrás sostuvo que una alianza entre Rusia y China sería el relevo de la decadente dominación de EEUU en la región.

Llama la atención sobre el hecho de que «mientras EEUU se centró en los acuerdos de paz entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán, China maniobró entre los únicos tres estados musulmanes con una importante capacidad militar y potencial económico», en referencia a Turquía, Irán y Pakistán.

Lo que estaría tejiendo China es una triple alianza entre Turquía, Irán y Pakistán, al que denomina bloque sinocéntrico, que «dejará al aliado de Estados Unidos, India, aislado y debilitado», en una estrategia inspirada en los principios del juego Go de cercar las piezas contrarias.

Desde Pekín hasta Europa Central

De este modo, estaría surgiendo una Pax Sinica en el Medio Oriente y Asia Central sin que los planificadores estadounidenses puedan contrarrestarla. La forma de actuar de China, siguiendo los principios del Go, está dando sus frutos por ejemplo en su creciente alianza con los Países de Europa Central y Oriental (PECO).

El 9 de febrero mantuvieron una cumbre con Xi Jinping, en la que participaron jefes de Gobierno y altos representantes de Bosnia y Herzegovina, la República Checa, Montenegro, Polonia, Serbia, Albania, Croacia, Grecia, Hungría, Macedonia del Norte, Eslovaquia, Bulgaria, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumania.

Luego de nueve años, esta alianza ha permitido que el volumen del comercio bilateral haya aumentado casi en un 85% y el turismo se multiplicara por casi cuatro. Estos días en los cuales la Unión Europea tiene dificultades para conseguir vacunas, China está ofreciendo millones de dosis de Sinopharm a Bosnia, Hungría y Serbia.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/20210216/china-avanza-desde-el-mar-de-sur-hasta-medio-oriente-y-europa-1107829013.html

Por qué Rusia está volviendo loco a Occidente

Pepe Escobar

14/02/2021

En el futuro los historiadores podrían escribir que llegó el día en que el imperturbable Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, decidió que había tenido suficiente: “Nos estamos acostumbrando al hecho de que la Unión Europea está tratando de imponer restricciones unilaterales, restricciones ilegítimas y partimos del supuesto que en esta etapa la Unión Europea es un socio poco confiable”.

Josep Borrell, el jefe de política exterior de la UE, en visita oficial a Moscú, tuvo que tomarlo en serio.

Lavrov, siempre un perfecto caballero, añadió: «Espero que la revisión estratégica que se llevará a cabo pronto se centre en los intereses claves de la Unión Europea y que estas conversaciones contribuyan a que nuestros contactos sean más constructivos».

El ministro ruso se refería a la cumbre de jefes de estado de la UE, del próximo mes, donde debatirán sobre las relaciones entre Rusia y la Unión Europea. Pero Lavrov se preocupó de dejar en claro que no se hace ilusiones, dijo: esperamos que estos «socios poco fiables» se comporten como adultos.

Los dos actores más importantes del espacio euroasiático

En esta conferencia de prensa hay una frase de Lavrov que llamó poderosamente la atención a los corresponsales extranjeros: “El principal problema que todos enfrentamos es la falta de normalidad en las relaciones entre Rusia y la Unión Europea, los dos actores más importantes en el espacio euroasiático. Es una situación malsana, que no beneficia a nadie”.

¿Qué quiso decir Lavrov con esta frase? Volveré a esto en un momento.

En su forma actual, la UE parece irremediablemente adicta a empeorar una “situación malsana”. En Bruselas la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, estropeó ostensiblemente el tema de las vacunas. Básicamente, envió a Borrell a Moscú, para solicitar los derechos de licencia para que empresas europeas produzcan la vacuna Sputnik V, que pronto será aprobada por la UE.

Y, sin embargo, los eurócratas optaron incursionar en la histeria, promoviendo las payasadas del activista de la OTAN y estafador convicto Navalny: una suerte de Guaidó ruso.

Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, bajo el manto de la «disuasión estratégica», el jefe del STRATCOM estadounidense, el almirante Charles Richard, dejó escapar casualmente que «existe una posibilidad real que una crisis regional con Rusia o China, una crisis que escale rápidamente hacia un conflicto que involucre armas nucleares».

De modo que la culpa de la próxima – y última – guerra ya se atribuye al comportamiento «desestabilizador» de Rusia y China.

¿Acaso, suponen que si estuvieran «perdiendo» una guerra convencional en “un ataque de rabia” transformarían el conflicto en una guerra nuclear? Presentada de esta manera la situación el Pentágono sería víctima de los “malvados rusos y chinos”.

Los estrategas de STRATCOM deberían leer con sumo cuidado al analista militar Andrei Martyanov. Este experto ha explicado detalladamente cómo ha cambiado la naturaleza de la guerra, hoy son las armas hipersónicas, y no las armas nucleares, las que decidirán quién gana y quién pierde.

Después de una escrupulosa explicación técnica, Martyanov afirma: “Actualmente, Estados Unidos no tiene opciones en un conflicto. En realidad, no tiene ninguna. Sin embargo, la opción menos mala para los estadounidenses es hablar con los rusos. No con majaderías geopolíticas como que Rusia “abandone” a China. Este es un tonto “sueño húmedo” de las cabezas calientes. Terminar con los acuerdos entre China y Rusia, hoy es totalmente imposible”.

Según Martyanov “rusos y estadounidenses deben resolver pacíficamente las relaciones entre ellos” Para luego invitar a China para que se siente como uno de los Tres Grandes en la mesa de negociaciones. “Esta es la única oportunidad para que Estados Unidos siga siendo relevante en el nuevo mundo”, agrega convencido.

Un poco de historia

Son muy insignificantes las posibilidades que la Unión Europea controle una “situación poco saludable” con Rusia. El estado profundo de aliado estadounidense no ha mostrado ninguna señal que cambie que cambie su agresiva rusofobia.

El camino por delante parece estar ya fijado: sanciones perpetuas; expansión de la OTAN a lo largo de las fronteras de Rusia; formación de un anillo de estados hostiles alrededor de Rusia; interferencia de Estados Unidos, con un ejército de quinto columnistas, en los asuntos internos de Rusia; en fin, una guerra perpetua de información de espectro completo.

Lavrov dejó claro que Moscú no espera cambio alguno. Sin embargo, los hechos sobre el terreno seguirán acumulándose.

Nordstream 2 estará terminado (con sanciones o sin sanciones) y suministrará gas natural a Alemania y a la UE. El estafador condenado Navalny (que tiene un 1% de «popularidad» real en Rusia) permanecerá en la cárcel hasta que cumpla la condena judicial, los ciudadanos de la UE obtendrán el Sputnik V, y …la asociación estratégica Rusia-China seguirá solidificándose.

Rusia escéptica

Las claves históricas para entender la “escéptica posición del pueblo ruso respecto de Europa”, están en el nuevo libro de filosofía política escrito por Glenn Diesen, profesor de la Universidad del Sureste de Noruega y profesor de la Escuela Superior de Economía de Moscú.

Diesen se concentra en lo esencial: geografía, topografía e historia: “Rusia es una gran potencia terrestre sin suficiente acceso a los mares. La geografía, argumenta, condiciona los cimientos de sus políticas conservadoras que podrían ser definidas por: la autocracia, un concepto complejo de nacionalismo y un perdurable papel de la Iglesia Ortodoxa”, algo que implicó una resistencia al secularismo de carácter radical”.

Junto con Diesen debemos recordar que Rusia no tiene fronteras naturales defendibles; ha sido invadida u ocupada por suecos, polacos, lituanos, por la horda de oro mongola, por los tártaros de Crimea, los franceses con Napoleón y por la enorme y sangrienta invasión nazi.

Quizás como ejemplo de la preocupación fundamental del pueblo ruso esta la palabra byezopasnost. ¿Pero que hay tras esta palabra rusa? La respuesta es casi todo.: byez byezopasnost se puede traducir como “seguridad” pero también significa algo más importante: byez es “sin” en castellano y opasnost significa «peligro», sin peligro.

La compleja y singular estructura histórica de Rusia siempre presentó serios problemas.

Rusia tuvo una estrecha afinidad con el Imperio Bizantino. Pero si «llegaba a reclamar la transferencia de la autoridad imperial de Constantinopla a Moscú, se vería obligada a conquistarla». Cosa que no hizo.

Ahora, si se le hubiera ocurrido reclamar la herencia de la Horda Dorada Mongol este habría relegado a Rusia solo a una potencia asiática. Cuestión que tampoco hizo.

En el camino ruso hacia la modernización, la invasión mongola provocó no solo un cisma geográfico, sino que dejó su huella en la política: “La autocracia se convirtió en una necesidad tras el legado mongol y con el tiempo la Rusia de los Zares se constituyeron como un imperio euroasiático con una vasta extensión geográfica, pero mal conectada”.

Un este-oeste colosal

Desde esa época Rusia tiene que ver con Oriente y Occidente. El profesor Diesen nos recuerda Nikolai Berdyaev, una de los pensadores conservadores siglo XX, sostuvo en 1947 que : “la incoherencia y la complejidad del alma rusa es producto que en Rusia confluyen dos corrientes de la historia del mundo, el Este y el Oeste. Ambas se empujan e influyen mutuamente (…) Rusia es una sección completa del mundo, un este-oeste colosal «.

El ferrocarril Transiberiano, construido para solidificar la cohesión interna del imperio ruso y para proyectar poder en Asia, fue un gran cambio de juego: “Con la expansión de los asentamientos agrícolas rusos hacia el este, Rusia estaba reemplazando las antiguas carreteras de Eurasia «.

Por esta razón es curioso constatar cómo el desarrollo ruso hacia el oriente terminó influyendo en la teoría de la “Heartland” de Mackinder. Para este estratega, considerado el padre de la geopolítica moderna, el control del mundo requiere del control del súper-continente euroasiático y por tanto lo que aterrorizaba a Mackinder era que los ferrocarriles rusos, que conectan a Eurasia, iban a socavar con el tiempo la “gran imperio marítimo” de Gran Bretaña

Diesen también nos explica cómo el “eurasianismo”, que surgió en la década de 1920 entre los emigrados en respuesta a la revolución de 1917, fue de hecho una evolución del conservadurismo ruso.

Sin embargo, este eurasianismo nunca se convirtió en un movimiento político unificado. Su núcleo intelectual creía que Rusia no era un mero estado de Europa del Este, pues después de la 13 ª invasión mongol y de las invasiones tártaros, la historia y la geografía de Rusia no podía ser solamente europea.

Para los euroasianistas el futuro requeriría un enfoque más equilibrado y un compromiso con Asia.

Antes , en 1881 y desde otra posición intelectual Dostoievski lo dijo brillantemente:

“Los rusos son tanto asiáticos como europeos. El error de nuestra política durante los dos últimos siglos ha sido hacernos creer que somos verdaderos europeos. Hemos servido demasiado a Europa, hemos participado demasiado en sus querellas domésticas (…) Nos hemos postrado como esclavos ante los europeos y sólo nos hemos ganado su odio y su desprecio. Es hora de dar la espalda a la ingrata Europa. Nuestro futuro está en Asia”.

Ahora Lev Gumilev es posiblemente una “superestrella” para una nueva generación de partidarios del concepto “euroasiático, su obra “La Antigua Rusia y la Gran Estepa” fue la publicación de mayor impacto entre los rusos después de la caída de la URRSS. En el libro, Gumilev demostró que Rusia se había fundado por medio de una coalición natural entre eslavos, mongoles y turcos.

Lo que están ofreciendo Diesen y Gumilev es una especie de tercera vía, que va más allá del nacionalismo pro-europeo y de un internacionalismo hasta cierto punto utópico.

En Kazajstán se ha establecido la “Universidad Lev Gumilev” y Putin se ha referido al historiador como «el gran euroasiático de nuestro tiempo». Por su lado, Diesen nos recuerda que George Kennan, definió a Rusia después de la caída de la URSS como “un país trágicamente herido y espiritualmente disminuido”.

En 2005, Putin fue mucho más agudo y contundente: “el colapso de la Unión Soviética fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo. Y para el pueblo ruso, fue un verdadero drama (…) Los viejos ideales fueron destruidos. Muchas instituciones fueron disueltas o reformadas sin pensarlo … Con un control irrestricto sobre los flujos de información, los oligarcas servían exclusivamente a sus propios intereses corporativos. La pobreza masiva comenzó a aceptarse como la norma. Todo este drama se desarrolló en un contexto de la más severa recesión económica, con unas finanzas inestables y una parálisis en el ámbito social”.

Ante esta crisis la respuesta de Putin fue aplicar la «democracia soberana»

Y así llegamos a la cuestión europea crucial.

En la década de 1990, dirigida por atlantistas, la política exterior rusa se centró en la Gran Europa, un concepto basado en el Hogar Europeo Común de Gorbachov.

Y, sin embargo, la Europa de la posguerra fría, se ha configurado por una incesante expansión de la OTAN y con una Unión Europea que se ha extendido permanentemente hacia el este. Los hechos indiscutibles es que durante tres décadas los contorsionismos liberales desplegaron todo tipo de maniobras para incluir a todas las naciones del Este y excluir a Rusia de Europa.

Diesen tiene el mérito de resumir todo este proceso en una sola frase: “La nueva Europa liberal representó una continuidad británico-estadounidense en términos del dominio de las potencias marítimas, y el objetivo, siguiendo lo que pensaba Mackinder, es impedir una relación germano-rusa provechosa, una relación de suma cero. De esta manera Estados Unidos evita que ambas naciones compartan sus intereses complementarios”.

Entonces, no es de extrañar que Putin, fuera erigido por los medios occidentales como el Espantapájaros Supremo, o «el nuevo Hitler».

En su momento Putin rechazó de plano el papel que quisieron asignarle a Rusia, debía ser mero aprendiz de la civilización occidental, y de su actual corolario; la hegemonía neoliberal. Aun así, se mantuvo por un tiempo bastante complaciente. De hecho, en 2005 Putin declaró: “Rusia fue, es y será una gran potencia europea».

Sin embargo, el objetivo de Putin ha sido desacoplar el liberalismo de la política, rechazando los fundamentos de la hegemonía liberal.

En este sentido se entiende su afirmación: debemos comprender que no hay un modelo democrático único. Más tarde esta noción de Putin se conceptualizó como «democracia soberana». En pocas palabras, la democracia no puede existir sin soberanía, de modo que Rusia debe descartar de plano la «supervisión» occidental para que la democracia soberana funcione realmente.

Diesen observa agudamente que, la URSS estuvo cercana a ser «un eurasianismo radical de izquierda”. En su libro afirma que Sergei Karaganov, conocido como el «Kissinger ruso», demostró «que para la Unión Soviética fue fundamental los procesos de descolonización pues se comprometió tempranamente con el surgimiento de naciones soberanas de Asia, y con los procesos de liberación nacional que privaban a Occidente de capacidad para someter al mundo. Cuestión, que través de la fuerza militar, los occidentales habían hecho desde el siglo XVI hasta la década de 1940”.

Esto política internacionalista de la URSS es reconocida en vastas extensiones del Sur global, desde América Latina y África hasta el sudeste asiático.

Península occidental de Eurasia

Después del final de la Guerra Fría – y del fracaso de la Gran Europa de Gorbachov – el giro de Moscú hacia Asia para construir la Gran Eurasia solo se puede entender como “inevitabilidad histórica”. ¿Veamos por qué?

Los dos centros geoeconómicos de Eurasia son Europa y Asia Oriental. Bueno, Moscú quiere conectarlos económicamente en un súper-continente: ahí es donde la Gran Eurasia se une con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (BRI). Para Diesen: se trata de “una transición desde naciones hasta ayer periféricas el centro occidental hacia un nuevo centro con una construcción económica regional”.

Desde una perspectiva, incluso conservadora, Diesen enfatiza, “la economía política de la Gran Eurasia permite a Rusia superar su obsesión histórica con Occidente y establecer un camino propio de Rusia hacia la modernización”.

Esto implica conectar la Rusia europea con Siberia y la Rusia del Pacífico bajo un concepto: una nueva economía política industrializador, por esto la asociación estratégica Rusia-China está activa en los sectores geoeconómicos más importantes: industrias estratégicas, plataformas tecnológicas, corredores de conectividad e instrumentos financieros.

El giro hacia el oriente ha puesto en sobre la mesa, una vez más, el debate sobre un asunto de carácter histórico: el enfrentamiento entre el Heartland (el corazón de la tierra ubicado en Eurasia) y las potencias marítimas.

Las tres primeras grandes potencias euroasiáticas, fueron los escitas, los hunos y los mongoles. La razón clave de su fragmentación y decadencia es que no pudieron alcanzar, ni menos controlar, las fronteras marítimas de Eurasia.

La cuarta gran potencia euroasiática fue el imperio ruso, y su sucesor, la URSS. Una de las razones de su colapso es entre otros factores que tampoco no pudo ni alcanzar ni controlar las fronteras marítimas de Eurasia.

De hecho, Estados Unidos lo impidió aplicando las ideas de sus mejores geopolíticos, Mackinder, Mahan y Spykman. La estrategia de Estados Unidos se conoció como el mecanismo de contención de “Spykman-Kennan”, un modelo belicista que utilizó sistemáticamente los denominados «despliegues avanzados» en la periferia marítima de Eurasia, Europa occidental, Asia oriental y Oriente Medio.

Todos conocemos, a estas alturas, cómo es la estrategia general de Estados Unidos en alta mar. También conocemos las verdaderas razones de su participación en la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Su objetivo declarado fue evitar por todos los medios el surgimiento de una potencia euroasiática.

Estados Unidos como gran potencia hegemónica, fue definido crudamente – y con arrogancia imperial – por el libro » The Grand Chessboard» de Brzezinski en 1997: «Necesitamos prevenir la colusión en Eurasia y debemos mantener la dependencia de seguridad entre las naciones vasallas, también necesitamos mantener afluentes flexibles y protegidos, para evitar que los bárbaros se unan”. El viejo “divide y gobernaras” aplicado al «dominio del sistema- mundo».

Para desesperación de los sospechosos habituales este sistema enunciado por Brzezinski ahora se está derrumbando. Diesen señala: «en el pasado, empujar a Rusia hacia Asia habría relegado a esta nación a la oscuridad económica y la habría eliminado como potencia europea. Pero ahora, con el centro de gravedad geoeconómica desplazándose a China y hacia el Este de Asia, se trata de un juego completamente nuevo”.

La demonización de Rusia-China por parte de Estados Unidos, junto con la mentalidad de sus adeptos instalados en la Unión Europea, sólo están ayudando a acercar a Rusia cada vez más a China. Todo esto ocurre en una coyuntura donde Occidente – que dominó el mundo durante dos siglos- está llegando definitivamente a su fin.

Diesen, quizás con demasiada diplomacia afirma: “Las relaciones entre Rusia y Occidente puede que cambien con el surgimiento de Eurasia. La estrategia hostil de Occidente hacia Rusia está condicionada a la idea de que Rusia no tiene a dónde ir y debe aceptar todo lo que Occidente ofrece. El ascenso de China altera fundamentalmente la relación de Moscú con Occidente pues le permite a Rusia diversificar sus asociaciones”.

Es posible que nos estemos acercando rápidamente al punto en el que la Rusia de la Gran Eurasia presentará a Alemania una oferta del “tómalo o déjalo”. O construimos el Heartland juntos, o nosotros lo construiremos solo con China, y para entonces Alemania quedará como un espectador. Por supuesto, siempre existe una posibilidad, pero ahora muy distante de un eje Berlín-Moscú-Beijing… han pasado cosas más extrañas en la historia.

Mientras tanto, Diesen todavía confía: “las potencias terrestres de Eurasia eventualmente podrían incorporar a Europa, y a otros estados en la periferia, en la Nueva Eurasia. A medida que los intereses económicos se vuelvan hacia el Este las lealtades políticas cambiarán gradualmente y, Europa se podría convertir gradualmente en la península occidental de la Gran Eurasia”.

Este artículo también puede ser leído como una amable invitación para que “reflexione cierto vendedor ambulante de origen peninsular”.

Fuente: https://observatoriocrisis.com/2021/02/12/por-que-rusia-esta-volviendo-loco-a-occidente/

Los datos del PIB local de China destacan la resistencia de la fabricación

Global Times

30/01/2021

Los 31 gobiernos provinciales de China han publicado sus datos de PIB, que muestran que 20 provincias han registrado un crecimiento del PIB más rápido que la nación en su conjunto, una indicación de que el desarrollo económico local del país en general ha resistido las dificultades en medio de la epidemia de coronavirus.

La provincia de Guangdong, en el sur de China, defendió una vez más su posición como la economía más grande por PIB entre todas las provincias y municipios en 2020.El PIB de la provincia superó la marca de 11 billones de yuanes ($ 1,7 billones) en 2020 por primera vez, ubicándose en el número 1 de 32 años consecutivos entre todas las provincias chinas en términos de producción económica.

La provincia de Jiangsu, en el este de China, ocupó el segundo lugar con un PIB superior a los 10 billones de yuanes por primera vez, mientras que la provincia de Shandong, en el este de China, ocupó el tercer lugar con un PIB de 2020 en 7.3 billones de yuanes.

Dado que las tres principales provincias son los centros de fabricación más grandes de China, su desempeño económico consistentemente sólido destaca la resistencia del sector manufacturero del país en un año marcado por un golpe sin precedentes del coronavirus, Dong Dengxin, director del Instituto de Valores Financieros de la Universidad de Wuhan de Ciencia y Tecnología, dijo al Global Times.

El índice de gerentes de compras (PMI) de fabricación de China fue de 51,9 en diciembre, según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas. El PMI manufacturero se ha mantenido por encima de la marca de 50 durante 10 meses consecutivos, lo que revela que las fábricas del país siguen en una trayectoria de recuperación sostenida.

En términos de la tasa de crecimiento del PIB, las provincias y regiones del centro y oeste de China, que tienen bases económicas relativamente débiles, tomaron la delantera en 2020. Veinte provincias vieron su crecimiento del PIB superando el promedio nacional. La economía china creció un 6,5 por ciento en el cuarto trimestre, lo que elevó su crecimiento anual del PIB al 2,3 por ciento en 2020.

Con su PIB en el último lugar, la Región Autónoma del Tíbet del suroeste de China lideró el país con una tasa de crecimiento del 7,8 por ciento, seguida por la provincia de Guizhou y la provincia de Yunnan del suroeste de China con un 4,5 y un 4 por ciento.

Es de destacar que la provincia de Hubei, en el centro de China, que fue la más afectada por la epidemia de coronavirus, es la única provincia que registró un crecimiento negativo en 2020.El PIB de Hubei se contrajo un 5 por ciento a 4,34 billones de yuanes, superando las expectativas de los economistas de una caída de dos dígitos.

Fuente: https://www.globaltimes.cn/page/202101/1214418.shtml

El ascenso del capitalismo chino

Au Loong-Yu

24/12/2020

La fusión del Estado con los sectores dominantes de la economía ha alcanzado niveles sin precedentes. La consecuencia de esto es una gran desigualdad en el ingreso, lo que hace que China tenga un mercado doméstico muy estrecho en relación con sus capacidades productivas. Por lo tanto, debe primero inundar todo el mundo con sus mercancías, y luego exportar capital.

Para contar la historia completa del conflicto entre China y Estados Unidos hay que empezar por el comienzo, es decir, por la naturaleza del ascenso de China al estatus de superpotencia.

La única forma en la que un país semicolonial, humillado e invadido en numerosas ocasiones por países imperialistas, pudo terminar con el trágico destino de su pueblo fue fortaleciendo la nación por medio de la modernización. Esto tomó parcialmente la forma de una política de autodefensa nacional.

Beijing ha recibido múltiples recordatorios de las ambiciones imperiales de EE.UU., incluso durante décadas recientes. En 1993, EE.UU. detuvo y requisó el buque chino The Galaxy en el Océano Índico. En 1999, la embajada china en Yugoslavia fue bombardeada por EE. UU. Hay aviones de combate que espían permanentemente la zona económica exclusiva de la Isla de Hainan, llegando a causar que un avión chino se estrelle contra el mar en 2001.

La amarga experiencia le enseñó a China que, si no quería ser acosada por el imperialismo estadounidense, debía ser al menos igual de fuerte y enérgica. En este sentido, su ascenso al estatus de potencia mundial estuvo motivado por la autodefensa y, por lo tanto, fue legítimo. Este proyecto de autodefensa también era legítimo desde el punto de vista de los intereses del pueblo trabajador. Sin embargo, el proceso fue definido por dos características incompatibles con estos intereses: la conversión en un proyecto de capitalismo de Estado y las ambiciones expansionistas.

De acuerdo con la doctrina del PCCh de 1949, el ascenso del país no sería de tipo nacionalista. La revolución de 1949 tuvo el apoyo de la gran mayoría del pueblo trabajador. El pueblo creía en las promesas del PCCh, según las cuales la modernización conllevaría más democracia y una justicia distributiva, con el objetivo de perseguir el internacionalismo y el socialismo en el largo plazo.

El prometido ascenso de China no debía seguir la tradicional vía capitalista y nacionalista. Debía seguir una vía socialista. Deng Xiaoping dejó esto en claro en su discurso de 1974 frente a la ONU, cuando afirmó que «si un día China debe cambiar de color y convertirse en una superpotencia, si debe jugar el papel de tirano en el mundo y someter en todas partes al resto de los países a sus acosos, a sus agresiones y a la explotación, el pueblo del mundo debería identificarla como una nación socialimperialista, dejarla al descubierto, oponerse a ella y trabajar en conjunto con el pueblo chino para derrocarla».

Pero el PCCh no pudo sostener su promesa, lo cual había quedado claro en la década de los cincuenta, mucho antes del momento en que Deng pronunció su discurso frente a las ONU. La China de Mao fue exitosa en el objetivo de modernizar parcialmente el país, pero el pueblo pagó un costo terrible, en muchos casos absolutamente innecesario.

Fue durante este período que la burocracia del partido se elevó al estatus de una nueva clase dominante, que gozaba de privilegios económicos y políticos. La contribución de Deng a esta nueva clase dominante consistió en dar luz verde para «hacerse capitalista». De manera sorprendente –y a diferencia de lo que sucedió en Rusia– tuvo éxito.

Esta fue la segunda faceta del ascenso de China, a saber, el ascenso del capitalismo chino. Su éxito se debe precisamente a que se trató de un proyecto de capitalismo dirigido por el Estado, en el cual el partido-Estado concentra en sus manos tanto el monopolio de la violencia como el poder del capital para favorecer el crecimiento económico.

Esto nos lleva a una tercera faceta del ascenso de China: su expansionismo, que es consecuencia necesaria del capitalismo monopolista chino. La fusión del Estado con los sectores dominantes de la economía (representados por las empresas de propiedad estatal) ha alcanzado niveles sin precedentes. El Estado devora enormes cantidades de recursos que terminan en los bolsillos de quienes desempeñan alguna función pública, en megaproyectos de inversión, o en ambos a la vez.

La consecuencia de esto es una gran desigualdad en el ingreso, lo que hace que China tenga un mercado doméstico muy estrecho en relación con sus capacidades productivas. Por lo tanto, debe primero inundar todo el mundo con sus mercancías, y luego exportar capital.

Con la exportación de capital a escala masiva, se hizo necesaria la intervención sobre la política doméstica de los países de acogida, con el objetivo de garantizar y supervisar las inversiones. Por lo tanto, Beijing se traga sus propias palabras cuando repite en la actualidad el lema de una «política no intervencionista». Casi el 90% del comercio chino y el 80% de sus importaciones de petróleo pasan hoy a través del estrecho de Malaca. Beijing vive bajo el temor permanente a un potencial escenario en el cual Estados Unidos intervenga esta ruta comercial. De aquí su ofensiva en el mar de la China Meridional. Esta es una dinámica importante que subyace al conflicto de China con EE.UU.

La batalla por Hong Kong como síntoma

Desde 2008, las ventajas que beneficiaron a China se están agotando, lo que se expresa en ciertos problemas estructurales: salarios reales deprimidos por las altas tasas de inversión, disminución de la demanda doméstica, proceso de sobreproducción y de sobreinversión.

Detrás de estos factores debe buscarse el problema central: la decadencia generalizada de la burocracia del partido. Cuanto más saquea la burocracia al país, más le preocupa que estos problemas queden al descubierto. Esto explica, en parte, por qué Beijing vigila cada vez más de cerca a Hong Kong.

Treinta años atrás, crecía entre las autoridades de Beijing la preocupación acerca de cómo la libertad política de Hong Kong podría afectar su dominio sobre la sociedad. Esto alcanzó un punto crítico cuando Hong Kong proveyó un fuerte apoyo al movimiento democrático de 1989. En los años noventa, cuando comenzaron la «reforma» y la «apertura» más radicales, Hong Kong contribuyó significativamente al nacimiento y crecimiento de la sociedad civil china, por primera vez desde 1949. Este proceso estuvo caracterizado por el rápido crecimiento de asociaciones civiles e incluso de movimientos sociales, que Beijing consideraba como potencialmente peligrosos.

Cuanto más asciende China en la escena internacional, más se preocupa Beijing por el libre flujo de información en Hong Kong.

La desaparición de los miembros de Causeway Bay Books es un caso típico. Entre octubre y diciembre de 2015, desaparecieron cinco propietarios y trabajadores de la librería Causeway Bay Books. Dos de los arrestos se dieron aparentemente por fuera de cualquier marco jurídico. Se trató de un castigo por la publicación de un libro acerca de la vida privada de Xi Jinping en Hong Kong.

La lección de este incidente es clara: el libre flujo de información simplemente no puede convivir con los intereses centrales de Beijing. Esto llevó a que en 2019 Beijing promulgara una ley de extradición en Hong Kong, que luego desató un efecto dominó y finalmente tuvo como resultado el comienzo de una «nueva Guerra Fría» entre EE. UU. y China, con Hong Kong como campo de batalla.

Este conflicto también anuncia el fin de los beneficios estratégicos que Hong Kong ofrecía a Beijing. La pérdida de Hong Kong como una plataforma en la cual las empresas chinas podían acceder a dólares norteamericanos, utilizando la región como un trampolín para entrar y salir y para captar inversiones extranjeras, creará un gran problema para las finanzas y la economía de Beijing.

Au Loong-Yu, escritor, activista marxista y autor, entre otros, de Hong Kong in Revolt. The Protest Movement and the Future of China (Pluto Press, 2020).

Fuente: https://jacobinlat.com/2020/12/18/el-ascenso-del-capitalismo-chino/

Traducción de Valentín Huarte

Juego de sombras: la alianza euroasiática está más cerca de lo que se cree

Pepe Escobar

REBELIÓN | 04/09/2020

Hemos visto cómo China está planeando meticulosamente todos sus decisivos movimientos geopolíticos y geoeconómicos hasta el 2030 y más allá.

Lo que están a punto de leer a continuación proviene de una serie de conversaciones con analistas de inteligencia, y puede ayudar a bosquejar los lindes del actual gran tablero de ajedrez de la política mundial

En China, está claro que el camino a seguir apunta a impulsar la demanda interna, y ha dirigir toda su política monetaria para consolidar la construcción de industrias nacionales de nivel mundial.

Paralelamente, en Moscú se discute: ¿Rusia debe seguir el mismo camino?

Según un analista de inteligencia ruso, «Rusia no debería importar nada, salvo las tecnologías que necesita hasta que pueda crearlas por sí misma y exportar sólo el petróleo y el gas que se requiere para pagar las importaciones. China necesita recursos naturales, lo que hace que Rusia y China sean aliados insuperables. Una nación debería ser tan autosuficiente cuanto le sea posible».

La estrategia del Partido Comunista de China (PCCH) fue delineada por el Presidente Xi en la reunión del Comité Central del 31 de julio. .. y fue en contra de un ala neoliberal el partido que han soñado con la conversión del partido en una organización socialdemócrata al estilo occidental y supeditada a los intereses del capital occidental – ¿colaboracionistas?.

Comparar la velocidad del desarrollo económico de China con el de los Estados Unidos es como comparar un Maserati Gran Turismo (con un motor V8 ) con un Toyota Camry.

China, proporcionalmente, tiene una reserva de generaciones jóvenes muy bien educados; una migración rural-urbana acelerada; una rápida erradicación de la pobreza; gran capacidad de ahorro de su población; un sentido cultural de gratificación diferida; una sociedad -confucionista- con disciplina social y con una inteligencia racionalmente educada.

El proceso de que China comercie cada vez más consigo misma será más que suficiente para mantener el necesario impulso para un desarrollo sostenible.

El factor hipersónico

Mientras tanto, en el frente geopolítico, el consenso en Moscú (desde el Kremlin hasta el Ministerio de Relaciones Exteriores) es que la administración Trump no es «capaz de llegar a un acuerdo», un eufemismo diplomático que se refiere a un grupo de embusteros que tampoco es «capaz de actuar legalmente». Otro eufemismo que se aplica, por ejemplo, a la ruptura de los acuerdos por parte de Trump

El Presidente Putin ha dicho en el pasado reciente que negociar con el Equipo Trump es como jugar al ajedrez con una paloma chiflada: un pájaro que camina por sobre el tablero de ajedrez, caga indiscriminadamente, derriba piezas, declara la victoria y luego huye.

En contraste, el gobierno ruso invierte su tiempo en construir una alianza euroasiática uniendo a Alemania, Rusia y China.

Este escenario se aplicará en Alemania después del Frau Merkel. Según un analista estadounidense, «lo único que frena a Alemania es que pueden perder sus exportaciones de coches a los Estados Unidos. Pero esto puede suceder de inmediato debido a la tasa de cambio dólar-euro, con el euro cada vez más fuerte».

En el frente nuclear, y yendo mucho más allá de la actual situación en Bielorrusia (ya que no habrá ningún Maidan en Minsk) Moscú ha dejado muy claro que cualquier ataque con misiles de la OTAN será interpretado como un ataque nuclear.

El sistema de misiles defensivos de Rusia -incluyendo los ya probados S-500, y los nuevos S-600- podrían ser un 99% efectivos. Esto significa que los rusos tendrían que absorber algún tipo de castigo. Por esta razón Rusia ha construido una extensa red de refugios antinucleares, en las grandes ciudades, para proteger al menos a 40 millones de personas.

Los analistas rusos explican que el enfoque defensivo de China está en la misma línea. Pekín estaría desarrollando – si no lo ha hecho ya – un escudo defensivo, con capacidad para contraatacar un ataque de misiles nucleares estadounidenses.

Los mejores analistas rusos, como Andrei Martyanov, saben que las tres principales armas de una posible próxima guerra serán; los misiles, los submarinos (ofensivos y defensivos) y las herramientas de guerra cibernética.

El arma clave hoy en día – y los chinos lo entienden notoriamente – son los submarinos nucleares. Los rusos han observado que China está construyendo una flota de submarinos – con misiles hipersónicos – mucho más rápido que los EEUU. Las flotas de superficie están obsoletas. Una miríada de submarinos chinos puede acabar fácilmente con una fuerza de ataque de un portaaviones. Las fuerzas de ataque de los portaaviones estadounidenses tienen muy poco valor en las actuales circunstancias.

Lo que estimula a China a obtener la mayor parte de sus recursos energéticos por tierra desde Rusia se explica por una estratégica: esta será la ruta segura en el caso que los mares queden bloqueados – al tráfico comercial – por una guerra entre Estados Unidos, por un lado y Rusia y China por el otro.

Incluso si los oleoductos son bombardeados, estos pueden ser reparados en muy poco tiempo. De ahí la importancia que tiene para China la serie de proyectos conjuntos con empresa Gazprom de Rusia.

El factor Ormuz

Un secreto muy bien guardado en Moscú es que justo después de las sanciones alemanas impuestas en relación con Ucrania, un importante operador mundial de energía se acercó a Rusia con una oferta para desviar a China no menos de 7 millones de barriles al día de petróleo más una inmensa cantidad de gas natural. Pase lo que pase, la propuesta sigue sobre la mesa de un asesor de petróleo y gas del Presidente Putin.

En el caso de que eso ocurriera, China se aseguraría de todos los recursos naturales que necesita. Bajo esta hipótesis, la lógica rusa sería evitar las sanciones alemanas cambiando sus exportaciones de petróleo a China, que desde el punto de vista ruso es más avanzada en tecnología de consumo que Alemania. Por supuesto este escenario no ha impedido la inminente conclusión de Nord Stream 2 .

Los servicios de inteligencia le han dejado muy claro a los industriales alemanes que si Alemania perdiera su fuente rusa de petróleo y gas natural, y el Estrecho de Ormuz fuera bloqueado por Irán (en caso de un ataque americano) la economía alemana podría simplemente colapsar.

Ha habido serios debates entre los servicios de inteligencia sobre la posibilidad de que una “sorpresa de Octubre” patrocinada por EEUU, que actuando con una bandera falsa acuse a Irán del inicio de una guerra . La «máxima presión» del Equipo Trump sobre Irán no tiene absolutamente nada que ver con el Tratado de Control de Armas atómicas . Lo que importa es que, incluso indirectamente, la asociación estratégica entre Rusia y China ha dejado muy claro que Teherán será protegido como un activo estratégico – y como un nodo clave de la integración de Eurasia.

Los analistas de inteligencia centran su preocupación en un escenario -bastante improbable – de un colapso del gobierno de Teherán. Lo primero que Washington haría en este caso es tirar del interruptor del sistema de compensación SWIFT. El objetivo sería aplastar la economía rusa. Si este escenario llegara a ocurrir, China podría perder a sus dos aliados clave en un solo movimiento, y luego tener que enfrentarse a Washington solo, en una etapa que todavía no poder asegurarse todos los recursos naturales necesarios.

Esta situación sería una verdadera amenaza existencial. Esto explica la lógica detrás de la creciente interconexión de la asociación estratégica Rusia-China, la aceleración al máximo la fusión de los sistemas de pago Mir ruso y CHIPS chino, los más de 400.000 millones de dólares del acuerdo China-Irán de 25 años de duración y las medidas para eludir el dólar estadounidense en el comercio internacional.

Bismarck ha regresado

Otro posible acuerdo secreto ya discutido en los más altos niveles de inteligencia es la posibilidad de un Tratado de Reaseguros ( inspirado en el canciller Bismarck) a ser establecido entre Alemania y Rusia. La consecuencia inevitable sería una alianza de facto Berlín-Moscú-Pekín que abarcaría la Iniciativa del Cinturón y la Carretera (BRI), junto con la creación de un nueva moneda euroasiática (¿digital?) para la alianza euroasiática, que incluiría actores importantes pero periféricos como Francia e Italia.

Bueno, el eje Beijing-Moscú ya está en funcionamiento. Berlín-Pekín es un trabajo en progreso. El eslabón todavía desconocido es Berlín-Moscú.

Este cambio mundial representaría no sólo la última pesadilla para las elites angloamericanas – rebasados por Mackinder- sino también el paso de la antorcha geopolítica de los imperios marítimos al corazón de Eurasia.

Ya no es una ficción. Ahora está sobre la mesa.

Por un momento, hagamos un pequeño viaje en el tiempo y vayamos al año 1348. Los mongoles están en Crimea, sitiando la ciudad de Kaffa – un puerto comercial en el Mar Negro controlado por los genoveses. Repentinamente, el ejército mongol es reducido por la peste bubónica. Sus generales lanzan los cadáveres contaminados sobre las murallas de la ciudad de Crimea.

Que pasa cuando los barcos comenzaron a navegar de nuevo de Kaffa a Génova. Transportaron la plaga a Italia. En 1360, la Peste Negra estaba literalmente por todas partes, desde Lisboa a Nóvgorod, desde Sicilia a Noruega. Se calcula que hasta el 60% de la población de Europa pudo haber muerto, más de 100 millones de personas.

Algunos historiadores argumentan que el Renacimiento se retrasó un siglo entero, debido a la plaga.

La Covid-19, por supuesto, está lejos de ser una plaga medieval. Pero sería adecuado preguntarse.

¿Qué Renacimiento podría estar retrasando la actual pandemia ?

Bueno, podría estar adelantándose el Renacimiento de Eurasia. Esto ocurre justo cuando el antiguo hegemón está implosionando internamente, «distraído por la distracción», para citar a T.S. Eliot.

Detrás de la niebla, de los juegos de sombras, ya está en marcha los movimientos trascendentes que reorganizan la gran masa terrestre euroasiática.

Fuente: https://rebelion.org/juego-de-sombras-la-alianza-euroasiatica-esta-mas-cerca-de-lo-que-se-cree/